La otra gran mentira tiene dos lados: los profesores y el sistema educativo. Si comparamos las materias que tanto el Liceo Salvadoreño como el Externado “San José” imparten durante los doce años que uno funge como su prisionero, encontraremos muchas similitudes: física, matemática, química, sociales, lenguaje, etc. Es más, algunas de ellas sin impartidas por el mismo profesor en ambas instituciones en bachillerato, como física, química y matemáticas. La gran diferencia radica en como estos profesores se desempeñan en uno y otro colegio; en el Externado, si pregunto por “Mingo”, “Charlie” o Monzón –decanos de las materias antes mencionadas- me responden con alegría que son de los recuerdos más bonitos que tienen, que aprendieron dichas disciplinas con fervor patrio bajo el fomento intelectual. Si me preguntan a mí, y lo diré en el mismo orden en que están listados, uno estaba más preocupado en “culturizarnos” en el rock progresivo y su disco duro con más de 200 Gb de pornografía, el segundo pronunciaba la palabra “sexo” cada trago de saliva y el tercero… hizo lo mejor que pudo.
Sin embargo, no es este fenómeno el que me hace envidiar a los pericos. Para quien haya estudiado en el Liceo Salvadoreño al menos hasta el año 2007, sabrá que la materia que nunca salió del itinerario anual fue Religión. Perfecto, colegio católico mariano. Como las matemáticas, uno supondría que la progresión natural de una asignatura como esta sería inmiscuirse más y más en asuntos teológicos que dieran armas al alumnado para defender y entender su fe. ¿Le cuento un secreto? Durante 12 años, ocupamos el libro de Santillana de dicha temática y no recuerdo haber aprendido absolutamente nada. Ahora, quiero aclarar que yo era alguien muy católico, y esta materia me la pasaba por los huevos de lo fácil que me resultaba. Mi interés era genuino, pero cuando todo lo que vas a aprender es que Dios es bueno, la Virgen su madre y los santos no adoran, si no que se veneran… En el Externado, comienzan a estudiar filosofía desde no me acuerdo qué grado. Puta, ¿es necesario que diga más?
No sé si será la irrupción de las niñas o si los hermanos maristas y profesores reflexionaron sobre la mierdera formación que estaban dando, pero ahora ya hay clases de baile, corte y confección, estética avanzada, kinder… ¡y hasta es bilingüe ya! ¡Ah no, pues sí, chis pues puta! ¿Qué hay de aquellos compañeros que tuve que sufrían con inglés y que salieron sabiendo poco menos que nada? Con profesores como Ulises Cuéllar o Julio “Comoputasseaelapellido”, estar en una academia aprendiendo aparte el idioma era de rigor. Algunos dirán que alguien que estudie en el Liceo y no se preocupe de fomentar por sí mismo sus propias actividades extracurriculares cae en la irresponsabilidad. Para el troglodita estúpido imbécil que se atreva a hacer semejante afirmación, tenga en cuenta que no todo el que va a dicho colegio llega en helicóptero, ni es hijo de diputado, narco o empresario, que pagar 90 dólares mensuales doce veces al año (porque Noviembre, aguanta, lo cobran dos veces) no es ningún chiste, especialmente cuando hay más de dos miembros de la familia dentro del colegio. Aún así, para mí todo estaba bien. No había nada mejor que ser león.