sábado, 30 de abril de 2011

El náufrago II, con Mauricio Funes

Mauricio Funes se ha convertido en el paradigma del desencanto y ha dado lugar a que nuestro Caifás interno rasgue nuestro raciocinio y nos haga escupir sandeces a diestra y siniestra. El hombre, ateo convertido al cristianismo para conmemorar Semana Santa, se fue a vacacionar a Disney Land y allí tenemos al erudito de turno justificando o condenando el viaje. Hace un buen rato, en mi artículo “El náufrago, con Mauricio Funes”, comenté que nuestro Presidente, a pesar de ser tan buen comunicador, solía pecar de imprudente, y el mejor ejemplo de esto fue cuando acusó a Ávila de estar implicado en el asesinato de los tres diputados en Guatemala en base a un montaje en son de parodia por parte de un blog izquierdista de aquí. Después de publicarse esta foto, la opinión pública está más dividida que un par de nalgas devorando un delicioso solomillo de entrepierna (léase: una verga), y no necesariamente por el espantoso atuendo de nuestro presidente.


Hay una pregunta imperante de formular en cuanto a lo que ha sucedido: ¿Por qué? (Mourinho, 2011). ¿Por qué Mauricio Funes, conociendo el backlash político que le esperaba permitió la publicación de esta fotografía? ¿Acaso no sabía que aquí la gente es más sensible que un clítoris y que no hace falta mayor cosa para estimular sus subjetividades? Ronda por allí el comentario de que fue un familiar de Vanda Pignato el perpetrador de dicho acto, ¡solo eso le faltaba a Funes, ya no basta con la ANEP, FMLN y ARENA! Ambos partidos políticos están librando un debate particular del tema en el que los primeros defienden que otros areneros “han robado más” y los segundos satanizando a Funes bajo la excusa de que “he allí el cambio que querían”. Ninguno puede estar más equivocado, ni más correcto al mismo tiempo. Veamos.


El FMLN sostiene que es una hipocresía juzgar a Funes por viajar en vacaciones porque, para empezar, está en su derecho y porque otros presidentes areneros han vaciado su buena parte de las arcas del país. Un argumento de similar bagaje al de que el país está tan jodido porque ARENA se cagó en él, y ni modo. A ver, creen que uno es pendejo. Ya que menciono este último, ¿no creen que la campaña del FMLN debió haber rezado “Hola, somos el FMLN y no podemos hacer nada por el país porque no estamos lo suficientemente educados como para liderarlo; o sea, Fidel Castro era guerrillero pero al menos era un abogado de renombre y hablaba inglés, mientras que nosotros el único idioma aparte del español que podemos mascullar es ‘a verga’. Entonces, dennos su voto y con gusto les daremos cinco años de estar llorando que nadie nos apoya (como nunca hicimos nosotros con ARENA). Así, pues, ya viene el cambio… ¡de cerotes que se engordan la billetera en el ejecutivo!”? Con eso de lado, ¿qué putas importa si los ex presidentes (que no solo los areneros) se han dado la vida de sultanes mientras degustaban las delicias del trono presidencial? Eso ya lo sabe todo mundo, tal sentencia no devela nada que hasta el arenero más radical no tenga en cuenta. Sí tienen razón, ciertamente, en que el hombre tiene todo derecho de viajar. Además, no critique que Funes no hace “turismo” interno, le aseguro que a usted le entrego $15,000 –como mínimo- y la decisión entre el Burj al-Arab de Dubai y el Apulo Beach Resort no será muy difícil de tomar.


Los miembros de ARENA, como con todo lo que ha rodeado al partido de gobierno y su candidato desde que ganaron las elecciones presidenciales, no han hecho más que exigir que Funes entone el mea culpa y comienzan a relamerse al solo pensar que han encontrado la razón perfecta para despotricar contra el otrora paladín de las comunicaciones. Al fin y al cabo, la campaña del Frente prometía un presidente de la gente; ergo, se ha cometido una traición a la nación. Esta lógica solo concebible por los más grandes fariseos de la historia no se la creería ni el residuo genético de Vargas Llosa combinado con el de Roberto D’Aubuisson. Actúan como que si esta situación fuera inédita, como que toda figura política a. de F. (antes de Funes) fuera limpia de pecado y que ninguno de ellos hubiera ocupado el pisto que les dan para viáticos con motivo de darle otro aire a sus hediondos culos. ARENA ha caído tan bajo que justifica su mediocre campaña presidencial –en la que Arturo Zablah (Blablah para los cheros) parecía el candidato y Ávila su limpia botas- y resultados en ver lo mal que está haciendo Funes. No obstante, criticar esta rajada no tiene tampoco que ser condenable, ya que no es justo que se jacte de que puede ir donde el salvadoreño promedio solo puede mientras ve el inicio de cada película de Disney. De nuevo, no comprendo si Funes publicó esta fotografía por decisión propia o si la familia le jugó una mala pasada, aunque ha de haber sido lo primero, conociendo su carácter.


Si dejamos por sentado que todo salvadoreño, por más radical que sea, está consciente de que esto no es un evento sin precedentes, ¿por qué ha causado tanto revuelo una puta foto, que no es la única de tal índole? Lo atribuyo a dos factores fundamentales, dos errores de los que se puede atribuir tal al FMLN, tal a Funes. El primero fue la campaña organizada por el Frente en la que se afirmaba que su candidato era el ángel redentor que, con espada de fuego en mano, purgaría a los pecadores burocráticos, políticos, et al, y traería la felicidad al estándar de pobreza por debajo de la Tutunichapa -¿recuerda alguien qué pasó con aquella lista de plazas fantasmas que leyó el recién electo?-. La gente tenía mucha esperanza en el Frente porque, por fin, presentaban a alguien que de hecho hacía honor a haber egresado, siquiera, de la universidad. El segundo error fueron las decisiones de Funes durante su campaña, siendo dos de las más sonadas la elección de Salume como arzobispo de la CEL y, peor aún, su cambio de vivienda. Tanto a militantes de derecha, izquierda y asexuados –léase: sin definirse- les pareció chocante enterarse de que el candidato independiente del FMLN de repente viviera en una casita bien chiva y que se viera tan rodeado de pisto como Rico McPato. Añadiendo estos dos factores al subconsciente de la gente, tenemos una hecatombe a la confianza que le pregonaban porque no llegan a comprender cómo su presidente puede estarse dando la buena vida mientras ellos se cagan del hambre porque si tienen comida, no tienen gas, y viceversa.


No condeno que Funes viaje, su condición de presidente no lo exime de tal placer, especialmente cuando, siendo empleado público, tiene vacaciones programadas por el Código de Trabajo. El problema ha sido el timing de su viaje y su divulgación. En este país, como dije también hace bastante rato, los salvadoreños somos como los perros porque todo lo vemos en blanco y negro. Funes debe amoldarse a este fenómeno y actuar acorde si no quiere que su ciclo acabe en un coup de e'tat o, peor aún, con Rodolfo Parker de presidente.


Chepe


PD: Si quiere leer estupideces más seguido, le sugiera que me siga en Tweeter: @Cormajo . Hágalo, no sea vivián.


PD: La segunda parte de los hombres aún sigue cocinándose, es que últimamente me cuesta mucho escribir…